La fiebre del blog
dimarts, de juliol 20, 2004
dissabte, de juliol 03, 2004
21 días de julio
Como cada año, Francia se viste de gala para exportar al mundo entero uno de sus principales atractivos, el Tour. La competición deportiva más prestigiosa del país vecino cumple este verano la friolera de 101 años, y lo hace entre la nube de sospechas que desde hace unos años azota al siempre sufrido mundo del ciclismo, aumentadas en España por las polémicas declaraciones (previo pago de una importante cantidad por parte de un diario madrileño) del ex corredor Jesús Manzano, y que han salpicado hasta al actual pentacampeón y principal favorito para la reválida del maillot amarillo, el estadounidense Lance Armstrong.
El norteamericano, respaldado por muchos millones de dólares, arropado por un equipo de grandísimos gregarios y mimado por una organización complaciente que le ha diseñado un Tour a su medida, vuelve a ser el principal blanco de las críticas desde España. A Armstrong se le acusa de ser un corredor con un afán desmesurado por la victoria, soberbio y previsible. En definitiva, detrás de todos estos adjetivos se esconde una clara sensación de envidia por los triunfos ajenos, que no teníamos cuando aquel monstruo llamado Miguel Induráin nos dejaba con el corazón en un puño mientras escalaba los Alpes y los Pirineos (eso sí, sin soberbia yanqui).
Frente al “cartero” estadounidense como cada año se presenta toda una serie de alternativas más o menos firmes para intentar arrebatarle la marca de los 6 Tours seguidos con la que superaría a Induráin. Posiblemente Iban Mayo y Jan Ullrich sean los invitados más claros al duelo por el podium de los Campos Elíseos, descartado desde hace unas semanas un Joseba Beloki al que le ha afectado la malísima situación de su equipo. Pero no son los únicos. Junto a los grandes favoritos, un pelotón de 186 corredores se dejará la piel contra el asfalto de las carreteras galas con diferentes objetivos, pero siempre intentando buscar un momento personal de gloria en la carrera ciclista más grande del mundo. Estos gregarios que transportan bidones o que se quedan a esperar a sus jefes de filas en detrimento propio son los verdaderos valientes de una historia que durará 21 días. 21 días de gloria, espectáculo y pasión por el deporte.